Intento no debatir sobre el tema, pero siempre que me convidan saltan con: "COMO QUE NO TOMAS MATE? DE QUE PAIS SOS?" Que mierda tendrá que ver, no me gusta el mate, ni el té, ni sus derivados. A mi dame café, con leche y medio frio. Pero cuando empiezan a analizarte el no gusto por esta pseudo infución autoctona dan vuelta sobre los mismos temas:
- No te gusta compartir.
- Miedo a que te guste la bombilla.
- Problemas de integración a la sociedad.
- Inmigrante ilegal intentando pasar desapercibido.
Esas son algunas de las pelotudeces que me dicen cuando rechazo un mate. Lo más triste es que tus amigos nunca se acuerden -"¿Dulce o amargo?" - No me gusta. - "Cierto, rarita". Ok sobamela, ¿No podes retener después de 8 años de amistad que no tomo esa mierda?.
Me jode cuando te tiran un "¿Pero probaste?" "Seguro te toco un mal cebador" me chupa un ovario, no me gustó y punto, deja de querer encajarme eso, pareces un evangelista de la yerba.
Resumiendo, si me ofrecés un mate te saco un ojo.
Larga vida al café.
#evangelistadelayerba. Te amo <3
ResponderEliminarMe pasa algo parecido pero al revés, porque me encanta el té y el mate cocido, pero no me gusta el café, y como trabajo en una oficina (y encima en el área de sistemas) me miran como bicho raro cuando me hago un mate con leche.
ResponderEliminarjajaja ¡me pasa igual! "¡¿COMO QUE NO TOMAS MATE?!" ¡Y no tomo mate! A mi invitame un cafecito calentito con mas leche que café, un rico té de manzanilla sin azucar o un earl gray con miel o crema de vainilla. Me caso con vos si me invitas un chocolate caliente. Aunque hagan 40 grados es mi gran debilidad. Pero ¿yerba y agua caliente? Paso.
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